Notas
sobre el pensamiento de Paul Ricoeur
Percy Cayetano Acuña Vigil.
Ricoeur es un exponente de la filosofía reflexiva según su desarrollo fenomenológico [[1]].
En un texto titulado significativamente “De la interpretación”, Ricoeur señala la tradición en la que se instala su obra. “Me gustaría caracterizar la tradición filosófica a la que pertenezco por tres rasgos: está en la línea de una filosofía reflexiva; se encuentra en la esfera de influencia de la fenomenología husserliana; quiere ser una variante hermenéutica de esta fenomenología”[[2]].
La filosofía reflexiva francesa encontró sus máximos representantes contemporáneos en Jules Lachelier y Jules Lagneau, [[3]] pero sobre todo en Jean Nabert cuya obra define con mucho el pensamiento de Ricoeur, pues es a partir de esta tradición que nuestro autor pone como una de las tareas más importantes de la hermenéutica filosófica mostrar que el “yo” postulado por las filosofías clásicas del sujeto no expresa una tesis inconmovible, sino un problema que debe ser replanteado desde su misma raíz y la hermenéutica, en tanto que variante de la fenomenología, puede ofrecer una posible solución. [[4]]
Se trata de “la tesis de la preeminencia del sentido sobre la conciencia de sí”, [[5]] que en el fondo no hace más que expresar una convicción de Lagneau sobre la reflexión: en tanto que apropiación de nuestro esfuerzo por existir a través de las obras que dan testimonio de ello, la reflexión no permite sostener un cogito autárquico y transparente como lo pretendió en su momento Descartes, en su lugar podemos hablar, según una afortunada expresión de Ricoeur, de un cogito herido o humillado ( cogito blessé ) que encuentra el camino de la identidad y la comprensión de sí a través de un rodeo (détour) por lo otro: se trata de una operación de “distanciación” como crítica de las ilusiones del sujeto. [[6]]
Si buscamos referentes de la FR encontramos que esta se inicia con Sócrates, quien tiene como máxima el auto conocimiento. Posteriormente en la modernidad con Descartes la conciencia fue asimilada, al conocimiento de sí mismo (conciencia reflexiva). En Descartes la conciencia se identificará con el yo, con la realidad sustancial del individuo, iniciando una corriente interpretativa que llega hasta la actualidad;
Posteriormente Kant desarrollo una antropología filosófica, y en tiempos más contemporáneos Jean Nabert desarrolla una filosofía reflexiva en el ámbito de la invencibilidad y la voluntad [[7]].
En la filosofía de Nabert [[8]] aparecen tanto el tema kantiano de la conciencia trascendental como el de la experiencia interior de Maine de Biran [[9]]. Nabert volvió a plantear en la cultura francesa el problema del mal, que sería retomado luego, en un horizonte especulativo más amplio, por P. Ricoeur.
Fuente:
En un texto titulado significativamente “De la interpretación”, Ricoeur señala la tradición en la que se instala su obra. “Me gustaría caracterizar la tradición filosófica a la que pertenezco por tres rasgos: está en la línea de una filosofía reflexiva; se encuentra en la esfera de influencia de la fenomenología husserliana; quiere ser una variante hermenéutica de esta fenomenología”[[2]].
La filosofía reflexiva francesa encontró sus máximos representantes contemporáneos en Jules Lachelier y Jules Lagneau, [[3]] pero sobre todo en Jean Nabert cuya obra define con mucho el pensamiento de Ricoeur, pues es a partir de esta tradición que nuestro autor pone como una de las tareas más importantes de la hermenéutica filosófica mostrar que el “yo” postulado por las filosofías clásicas del sujeto no expresa una tesis inconmovible, sino un problema que debe ser replanteado desde su misma raíz y la hermenéutica, en tanto que variante de la fenomenología, puede ofrecer una posible solución. [[4]]
Se trata de “la tesis de la preeminencia del sentido sobre la conciencia de sí”, [[5]] que en el fondo no hace más que expresar una convicción de Lagneau sobre la reflexión: en tanto que apropiación de nuestro esfuerzo por existir a través de las obras que dan testimonio de ello, la reflexión no permite sostener un cogito autárquico y transparente como lo pretendió en su momento Descartes, en su lugar podemos hablar, según una afortunada expresión de Ricoeur, de un cogito herido o humillado ( cogito blessé ) que encuentra el camino de la identidad y la comprensión de sí a través de un rodeo (détour) por lo otro: se trata de una operación de “distanciación” como crítica de las ilusiones del sujeto. [[6]]
Si buscamos referentes de la FR encontramos que esta se inicia con Sócrates, quien tiene como máxima el auto conocimiento. Posteriormente en la modernidad con Descartes la conciencia fue asimilada, al conocimiento de sí mismo (conciencia reflexiva). En Descartes la conciencia se identificará con el yo, con la realidad sustancial del individuo, iniciando una corriente interpretativa que llega hasta la actualidad;
Posteriormente Kant desarrollo una antropología filosófica, y en tiempos más contemporáneos Jean Nabert desarrolla una filosofía reflexiva en el ámbito de la invencibilidad y la voluntad [[7]].
En la filosofía de Nabert [[8]] aparecen tanto el tema kantiano de la conciencia trascendental como el de la experiencia interior de Maine de Biran [[9]]. Nabert volvió a plantear en la cultura francesa el problema del mal, que sería retomado luego, en un horizonte especulativo más amplio, por P. Ricoeur.
Fuente:
http://www.mcnbiografias.com/app-bio/do/show?key=nabert-jean
Ricoeur piensa que la filosofía tiene el peligro de estancamiento de la consciencia en si misma pero con Husserl le debe mucho al método fenomenológico de la Epojé y la Reducción.
Para Ricoeur la reducción eidética es un suspender del juicio para su descripción de la voluntad.
La reducción eidética (eidos es la idea, forma, especie) que en las interpretaciones últimas conduce a los universales, los fundamentos relacionales, lo que le da el carácter científico. Es la búsqueda de las propiedades invariables de los fenómenos.
La Reducción. El término central utilizado por Husserl en su fenomenología es el término Reducción o Epojé, que en resumen, es la operación mental por la cual se coloca entre paréntesis o se prescinde o se deja fuera de consideración, algún dato que ordinariamente se presenta.
El epojé intenta centrar la atención en un objeto determinado pero dejando de lado intencionalmente algún dato que generalmente perturbaría la atención y el rigor deseado. Husserl menciona muchos tipos de epojé pero los principales son:
Epojé Filosófica: Consiste en poner entre paréntesis toda teoría filosófica y todo presupuesto, con el fin de enfocar la atención únicamente en los objetos. Husserl considera que no se aprende filosofía estudiando a los filósofos sino yendo directamente a los objetos; además piensa que es necesario dejar de lado los principios lógicos, pues de lo contrario tendríamos que caer en largas discusiones acerca de su validez.
Epojé Fenomenológica: Consiste en colocar entre paréntesis todo lo accidental, fáctico y contingente, para enfocar en el objeto solamente lo esencial, lo necesario, lo a priori.
Epojé Eidética: Es el que hasta ahora había practicado Husserl para llegar a una fenomenología pura como intuición de las esencias, constituyendo las diversas ramas de conocimientos eidéticos. Se reduce al fenómeno a su estructura esencial, poniendo entre paréntesis todos los elementos individuales y contingentes, todo lo que no es dado en la pura esencia del fenómeno; muy similar a la abstracción tradicional.
Ricoeur en su filosofía de la voluntad prescinde de la culpabilidad y la trascendencia y con ello muestra que el hombre no es autosuficiente. Se da cuenta que hay que quitar los paréntesis a la culpa y a la trascendencia y que debe analizar todo el tema de la voluntad, para esto acude a las herramientas de la Hermenéutica.
Entre el tomo I de su filosofía de la voluntad y su tomo II realiza su giro hermenéutico en donde realiza su labor de interpretación del método del símbolo religioso. En este tránsito acude a los ámbitos pre reflexivos de la conciencia, al psicoanálisis de Freud, y para esto toma elementos de exploración de la historia y de la metáfora, del tema de la culturalidad y del tema de la narración.
Toda la obra de Ricoeur se preocupa principalmente de las manifestaciones del ser humano. Su punto de partida es la antropología filosófica de Husserl y el método fenomenológico de la hermenéutica que se desarrolla a partir del tema de la interpretación al cual le preocupa la pregunta por el sentido.
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Referencias
[[1]] La fenomenología es una parte o ciencia de la filosofía que analiza y estudia los fenómenos lanzados a la conciencia, es decir, las esencias de las cosas. Dicho de otro modo, la fenomenología es la ciencia que estudia la relación que hay entre los hechos (fenómenos) y el ámbito en que se hace presente esta realidad (psiquismo, la conciencia).
Lo que vemos no es el objeto en sí mismo, sino cómo y cuándo es dado en los actos intencionales. El conocimiento de las esencias sólo es posible obviando todas las presunciones sobre la existencia de un mundo exterior y los aspectos sin esencia (subjetivos) de cómo el objeto es dado a nosotros. Este proceso fue denominado épochè por Edmund Husserl, el padre de la fenomenología y se le caracteriza por poner entre paréntesis las cosas; es decir, ir a las cosas mismas.
Husserl introduce más tarde el método de reducción fenomenológica para eliminar la existencia de objetos externos. Quería concentrarse en lo ideal, en la estructura esencial de la conciencia. Lo que queda después de esto es el ego transcendental que se opone al concreto ego empírico. Ahora con esta filosofía se estudian las estructuras esenciales que hay en la pura conciencia, el noemata y las relaciones entre ellos.
[[2]] Paul Ricoeur, “De l’interprétation”, en Du texte à l’action. Essais d’herméneutique II, (1986). Paris, Seuil, 1998, p. 29.
[[3]] En su “mémoire de maîtrise”, sostenida en 1934, Ricoeur estudió Le problème de Dieu chez Lachelier et Lagneau, y en 1994 dictó una conferencia en la Universidad de la Sorbonne titulada “Le jugement et la méthode réflexive selon Jules Lagneau”, en un testimonio de fidelidad a la filosofía reflexiva. Cf. . F. Dosse, Paul Ricoeur. Les sens d’une vie. Paris, Éditions La Découverte, 2001, pp. 15-31.
[[4]] Cf. F. Dastur, “De la phénoménologie transcendantale à la phénoménologie herméneutique”, en J. Greisch y R. Kearney, eds. Paul Ricoeur. Les métamorphoses de la raison herméneutique. Paris, Les Éditions du Cerf, 1991, pp. 37-50.
[[5]] P. Ricoeur, “Phénoménologie et herméneutique : en venant de Husserl”, en Du texte à l’action, p. 64.
[[6]] Consultar: Hermenéutica del sí mismo y ética. Hacia una teoría del sujeto a partir de Paul Ricoeur:
http://ru.ffyl.unam.mx:8080/bitstream/10391/2483/1/08_Theoria_16-17_2005_Garcia_159-173.pdf
[[7]] http://ru.ffyl.unam.mx:8080/bitstream/10391/2483/1/08_Theoria_16-17_2005_Garcia_159-173.pdf
Lucía Herrerías Guerra. Espero estar en la verdad: la búsqueda ontológica de Paul Ricoeur. Gregorian Biblical BookShop, 1 ene. 1996 - 287 páginas
[[8]] Obras de Jean Nabert :
l'Expérience intérieure de la Liberté, PUF, 1923, 2e Ed. Augmentée d'un choix d'articles, d'une préface de Paul Ricœur et d'une bibliographie, PUF, 1992
Éléments pour une éthique, PUF, 1943, 2e éd. avec une préface de Paul Ricœur, Aubier, 1962
Essai sur le mal, PUF, 1955, 2e éd. Avec une préface de Paule Levert, Aubier, 1970
"Le divin et Dieu", in *"les Études philosophiques", 1959-n°3, juillet-septembre, PUF
Le Désir de Dieu, recueil de textes posthumes, préface de Paul Ricœur, Aubier, 1966, 2e éd. Augmentée du texte inédit La conscience peut-elle se comprendre ?, présenté par Emmanuel Doucy, aux éditions du Cerf, 1996
[[9]] Porqué leer a Maine_de_Biran
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